Control de calidad de aire

Fecha de publicación 7/04/21 5:16

Control de la calidad de aire en interiores

La calidad del aire interior es importante para las empresas, los propietarios, los administradores de edificios, los inquilinos, el personal de las instalaciones y los empleados, ya que puede influir tanto positiva como negativamente en la salud, el confort, el bienestar y la productividad de los ocupantes del edificio.

Los estudios han demostrado que el crecimiento de microorganismos como las bacterias y los hongos dentro y alrededor de un edificio sirve como fuente de biocontaminación en interiores. La Organización Mundial de la Salud (Directrices de la OMS sobre la calidad del aire interior, 2009) concluyó que el efecto más importante es el aumento de la prevalencia de síntomas respiratorios, alergias y asma, así como la perturbación de los sistemas inmunológicos.

Según el informe La humedad de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado infestados de microbios (factor que favorece el crecimiento microbiano en los edificios) varía mucho de un país a otro y de una zona climática a otra. Se calcula que la humedad afecta al 10-50% de los ambientes interiores en Norteamérica, Australia, Europa, India y Japón.

Según la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), la mayoría de los estadounidenses pasan hasta el 90% de su tiempo en interiores y muchos de ellos pasan la mayor parte de sus horas de trabajo en un entorno de oficina. Los estudios medioambientales realizados por los grupos científicos independientes, la EPA y otros han demostrado que los niveles de contaminantes del aire interior son mayores que los niveles encontrados en el exterior.

Contaminantes biológicos

Los contaminantes biológicos pueden consistir en bacterias, virus, hongos (moho), alérgenos de los ácaros del polvo, caspa de animales, biodetritos de insectos, fibras y fibra de vidrio, polen, alérgenos de cucarachas, etc... y pueden ser el resultado de un mantenimiento y una limpieza inadecuados, de derrames de agua, de un control inadecuado de la humedad, de la condensación, o pueden ser introducidos en el edificio por los ocupantes, por las infiltraciones o por el aire de ventilación. Las respuestas alérgicas a la exposición a contaminantes biológicos del interior provocan síntomas en las personas alérgicas y también desempeñan un papel fundamental en el desencadenamiento de episodios de asma en unos 15 millones de estadounidenses.

Contaminantes químicos

Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son sustancias químicas orgánicas. Los COV son numerosos, variados y omnipresentes. Incluyen compuestos químicos de origen humano y natural. Los contaminantes químicos pueden incluir el humo del tabaco, las emisiones de los productos utilizados en el edificio (por ejemplo, equipos de oficina; muebles, revestimientos de paredes y suelos, como el formaldehído; y productos de limpieza y de consumo) el derrame accidental de productos químicos, y gases como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno, que son productos de la combustión.

Partículas

Las partículas son sustancias sólidas o líquidas que son lo suficientemente ligeras como para estar suspendidas en el aire, las más grandes (8 micras o más) pueden ser visibles en los rayos de sol que entran en una habitación y normalmente no son respirables. Sin embargo, las partículas más pequeñas (7 micras y menores) que no se pueden ver son probablemente más perjudiciales para la salud, ya que se consideran respirables. Las partículas de polvo, suciedad u otras sustancias pueden entrar en el edificio desde el exterior y también pueden producirse por las actividades que tienen lugar en los edificios, por ejemplo, las prácticas de funcionamiento y mantenimiento, las prácticas de limpieza, la impresión, la copia, el funcionamiento de los equipos, la construcción, la remodelación, la gente....

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